sábado, 2 de marzo de 2013

Capítulo 19


Cuando ya no oigo nada empiezo a reducir el ritmo, dejo de correr. Han sonado 4 cañonazos en lo que queda de día, y Alex y Ali no han aparecido todavía. Espero que los cañonazos no les correspondan a ellos. Aunque no sé qué es mejor, si morir o vivir, si mueres, has muerto, pero si vives te toca vivir el final de Los Juegos, lo más agresivo, lo más doloroso. Y si sobrevives a eso quedarás afectado de por vida. Y para vivir así, no sé si merece la pena.
Llego a nuestro refugio. No hay nadie. Empieza a anochecer y decido no salir a buscarles. Tal vez estén muertos. Y ahora es cuando los profesionales salen a la matanza. A sí que mejor quedarme escondido, y a ver si descanso algo.
Suena el himno. Y aparece la primera cara: la chica del 4. Pido por favor no ver reflejadas las caras de mis aliados en el cielo. Por favor. La segunda cara: la chica del 7. La tercera: el chico del 7, el que se había unido a los profesionales, pobrecillo, no es buena idea aliarse con ellos, si la cagas estás muerto. Ya no hay tributos del 7. Y la cuarta cara: el chico del 8. Menos mal.
Según mis cálculos quedamos 11 en la arena: Los 3 profesionales (del 1 y del 2) que están aliados. El chico del 3, unos 15-16 años, pero no tiene cara de peligroso. El que más miedo me da, el chico del 4, otro profesional, pero él prefiere ir por separado. Es el doble que yo, y podría ganar él contra los 4 profesionales. La chica del 8, 17 años. Álex. Ali y Bob, y yo.
Y así, sin darme cuenta, me quedo dormido.
Cuando abro los ojos me encuentro con Ali delante de mis narices observándome como si fuera interesante o algo. No puedo evitar sonreir. Giro la cabeza y me encuentro con Álex.
Me levanto y digo ¿Dónde estabais? Me teníais preocupado.
Me han contado todo lo que hicieron: parece ser que a media noche oyeron ruidos fuera y se despertaron. Me avisaron pero estaba demasiado dormido y no me desperté. Se fueron armados. Resultó ser una liebre. Descubrieron que por la noche había miles de animales despiertos, y pasaron la noche cazando. Pero sin darse cuenta llegaron al campamento de los profesionales, del que no hacían más que salir y entrar de sus tiendas, por lo que tuvieron que estar escondidos. El resto del día se lo pasaron viniendo hacia aquí, donde me encontraron otra vez durmiendo. Decidimos salir a cazar, o a hacer algo, por el simple hecho de que si nos quedamos quietos aquí Los Vigilantes mandarán algo, y no es nada bueno.
Así que Ali se va por un sitio, Álex por otro, y yo por otro. Y volvemos a quedar en hacer silbidos cuando empiece a anochecer y reencontrarnos en la cueva. Pasamos lo que quedaba de día por ahí, porque al parecer me he levantado bastante tarde. Y empieza a anochecer y hago los silbidos. Llego a la cueva con un par de ratas silvestres, y allí ya estaba Álex con unas cuantas hierbas que se supone que son de comer.
Mientras esperamos a Ali empieza a caer una tormenta terrible, con rayos y de todo. Y nos empezamos a preocupar, pues ella todavía no había vuelto. Le digo a Álex que duerma, que ya me quedo yo despierto esperándola. Pasan horas, y horas, y no ha vuelto. Supongo que se habrá refugiado en algún sitio, al menos eso espero.
Sigue lloviendo, y no ha vuelto todavía.
Suena un cañonazo.

2 comentarios:

  1. Sueña un cañonazo y QUEEEE? No habrás matado a Ali o si? me ha gustado mucho el capítulo, sigue en cuanto puedas :)

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  2. Muchas gracias, y ya veremos jajaja, intentaré seguir prontito :)

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